PQ Digital.- Bajo la denominación de Normativa Atex se incluyen aquellas disposiciones legales cuyo objetivo es prevenir y proteger frente a los riesgos asociados a la potencial formación de atmósferas explosivas. En la legislación europea, la consecución de este objetivo se basa en dos aspectos complementarios: los requisitos que se imponen a los aparatos, equipos y sistemas de protección para que puedan ser usados en áreas clasificadas (es decir, aquellas zonas en las que existe riesgo de formación de atmósferas explosivas) y las normas que deben observar los trabajadores cuando operen en dichas áreas clasificadas.
En concreto, en España son de obligado cumplimiento dos disposiciones legales cuyo objetivo es el anteriormente mencionado. La primera de ellas es RD 400/1996 (Atex 100): Aparatos y sistemas de protección para su uso en atmósferas potencialmente explosivas, mientras que la segunda se conoce como RD 681/2003 (Atex 137) sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores expuestos a los riesgos derivados de atmósferas explosivas en el lugar de trabajo.
Son muchas las implicaciones que se derivan de una aplicación correcta de la Normativa Atex. Una correcta clasificación de áreas es la base para la definición del Documento de Protección Contra Explosiones y el establecimiento de las medidas correctoras y preventivas, tanto de tipo técnico como organizativo, necesarias para que los riesgos de explosión estén en situación aceptable. Se entiende, por tanto, que la aplicación de la normativa afecta tanto a la fase de diseño como a la posterior operación de la instalación. Y además un correcto análisis en la fase de diseño puede limitar las medidas a adoptar en la fase de operación.
Respecto a las fases de diseño, el primer paso para cualquier estudio de emplazamientos Atex es determinar las zonas clasificadas con riesgo de explosión. Es necesario que el estudio de las zonas clasificadas sea un análisis exhaustivo y concreto, pues se trata de determinar o acotar las zonas donde es probable la existencia de emplazamientos Atex.
Además, es necesario llegar a un compromiso justo y con el nivel requerido de precisión y criterio técnico, pues por un lado está la seguridad y salud de los trabajadores que vayan a trabajar en las instalaciones donde sea posible la existencia de estos emplazamientos y por otro lado tenemos el coste económico de la inversión que supone cumplir con los requisitos de protección, seguridad y mantenimiento en dichos emplazamientos y que repercuten directamente sobre el bolsillo del empresario y, por tanto, sobre la viabilidad del proyecto o
PQ Digital.- Para gestionar los riesgos, sean de la naturaleza que sean, hay que identificarlos y evaluarlos previamente; resulta evidente que las medidas preventivas son mucho mas rentables, contribuyen a la correcta gestión de la empresa y minimizan la probabilidad de sucesos no deseados; la alta dirección debe considerar con mayor decisión las valoraciones y consideraciones que formulen los responsables de calidad y medio ambiente de la empresa. Estas son las principales conclusiones a las que llega Enric Pueyo, de la Dirección General de Calidad Ambiental (Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña), en torno a la Ley de Responsabilidad Medioambiental.
La Ley 26/2007 de Responsabilidad Medioambiental es el resultado de la transposición al ordenamiento jurídico estatal de la Directiva 2004/35/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, sobre responsabilidad medioambiental en relación con la prevención y reparación de daños medioambientales. Posteriormente se publicó el RD 2090/2008 por el cual se aprueba el Reglamento que la desarrolla parcialmente, explica Pueyo.
“En esencia, la Ley confirma la importancia que tiene el entorno sobre la salud física y mental de todos nosotros y de las generaciones venideras. Asimismo, destaca la prevención como la herramienta más eficaz para evitar daños medioambientales y los costes que puedan generar. No hay mejor solución para un hecho no deseado que el hecho no ocurrido. Por último, destacar que los aspectos medioambientales, o mejor dicho, la no consideración de los aspectos medioambientales en la gestión habitual de las empresas, puede provocar a las actividades económicas costes importantes de reparación”.